Para ser sincera estoy
aprendiendo a disfrutar de mis días de soledad porque entiendo que aún si
estuvieras me sentiría sola, ya que sino sanaba mi ser, jamás podría sentirme
bien con absolutamente nadie.
Hace poco escuche que cuando Dios
nos pone a prueba suele quitarnos lo que más amamos, ahora sé porque te quito
de mi vida, aunque fuiste tú quien decidió alejarse. Entiendo ahora que todo es
parte de un plan perfecto, porque así obra Dios y yo debía tocar fondo para empezar
a comprender y aceptar todo lo que hay en mi interior.
Para ser sincera con tu despedida
amé mis heridas y lloré viéndolas cicatrizar y aunque aún no han cerrado por
completo, mis lágrimas han ido mermando. Realmente ahora entiendo que nada
duele tanto como para dejar a un lado tu vida, que los sentimientos se transforman y los
insomnios sacan de ti la inspiración para escribir.
Hoy mis mañanas son comienzos y cuando el día
arranca, mis ganas de existir que antes estaban apagadas, se encienden más
rápido que el motor del auto y me recuerdan que puedo vivir sin ti.
Hoy también aprendí a querer las
pastillas para dormir porque ya no las necesito. Pero son parte de aquellos
días donde pensaban que eran pastillas para olvidar pero terminaba tu rostro
robando todos mis sueños, aunque aún sigues presentes en ellos.
Quiero nuestros instantes; las
velas y rosas, los te amo y las peleas. Lo quiero todo porque en su totalidad
son indicios de lo que fuimos pero ya no son más lo que podemos ser.
No soy el llanto ni la depresión.
No soy las pastillas ni las discotecas. No soy tu amor ni tu despedida. Estaré
presente en tus sueños, querré volver cientos de veces y yo me recordaré que
nuestra distancia obligatoria marcó el paso de mi evolución y gracias a ti
aprendí a perdonar y a resurgir de las cenizas.
Tristemente tenemos que tocar
fondo para entrar en razón y darnos cuenta que ciertas cosas no estaban
destinadas para nosotros. Mil veces nos negamos a separarnos, preferimos
intoxicar nuestra vida en vez de canalizar que no podíamos ser.
Y es que, es complicado separarte
de lo que amas, pero es más complicado separarte de la costumbre. No podemos
seguir mirándonos esperando que seamos, lo que hace tiempo dejamos de ser.
Pero admito que aun cada noche me duermo pidiéndole a la vida que te traiga de vuelta, que traiga el pedazo de ti del
que me enamoré. Sin embargo, no puedo taparme los ojos para evadir realidades mientras callo
lo que siento, y me atraganto con mentiras que yo misma fabriqué porque tu muy bien me dijiste que ya estas mejor sin mi.
Perdóname, estoy estudiando el
arte de olvidarte y sé que no será fácil. Te lloro como a nadie y volveré a
llenarme de agua, pero no acumularé lágrimas de desamor regalándote sonrisas
marchitas.
PD:
te escribo para sanar, es mi mecanismo para olvidarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario