sábado, 25 de febrero de 2017

Oración desconsolada.

¿En qué pensabas, Señor, cuando permitiste que este caos se apoderara de mi vida?

No creo en el azar. Hay demasiada perfección en la naturaleza, en el reino vegetal y animal, en el mundo microscópico, en el universo entero, para suponer que todo es obra de la casualidad.

No creo en el. No creo en destinos nefastos ni en mala suerte. Creo en ti. Señor; creo que de alguna forma tú piensas las cosas antes de que ocurran y nosotros formamos parte de tus sueños…

¿Por qué si sabías que el y yo no funcionaríamos bien juntos, permitiste nuestra unión?

¿Por qué Padre tuve que encontrarmelo en tantas oportunidades?

¿Por qué no usaste alguna señal para que nos detuviéramos a tiempo? ¡Antes de llegar a enamorarme de el…!

Realmente nos amábamos. Éramos importantes el uno para el otro. ¿Cómo permitimos que cosas tan absurdas nos separaran?
Ahora que estoy lejos de el, me doy cuenta que una parte de mí se quedó a su lado para siempre.

Dios mio.... Ayúdame a reconstruir mi vida… Dame la fuerza de saber que al menos tú sí me amas… Creo en ti, sé que existes y me escuchas, he aprendido la lección.

Amen.

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