Orquídia V. Sandoval G
Ciudad Bolívar
Hay quienes pasan gran parte de su tiempo pensando cómo sería vivir en el “país ideal”, pero es que… ¡ese país existe! ¿Dónde? en los ideales bien fundamentados de hoy, que serán la realidad del mañana.
Muchos sueñan que dentro de una década Venezuela se convierta en una nación sin delincuencia, sin crimen organizado, con gente colaboradora y amable; un país en el que nadie se coloque fuera de la ley. En fin, ¡un país que sea orgullo nacional y modelo internacional de paz y desarrollo!
Actualmente, los venezolanos viven una limitada realidad. El escenario no es el más idóneo para vislumbrar un país espléndido basado en la razón y la justicia social, en el que toda persona desea vivir; por ese motivo, es obligante poner en marcha acciones determinantes en cada uno de los ámbitos que se anhelen mejorar.
Se podría tomar en cuenta muchos problemas sociales, sin embargo, no es momento de hablar de dificultades, porque ha llegado la hora de pensar soluciones. El país soñado se construye no con palabras, sino, con hechos positivos y coherentes, lo que hace indispensable colocar, no un granito de arena, sino, todos los que hagan falta para erigir la nación perfecta donde se pueda coexistir dignamente.
No es una utopía creer que se pueda llegar a vivir en una Venezuela mejor, para lograrlo sólo se deben reconstruir las bases que cimenten su estructura, haciendo énfasis en un sólido punto de arranque, con lo cual se haga imprescindible entender que uno de los pilares fundamentales de cualquier sociedad es LA EDUCACIÓN, por ser la estrategia ideal para lograr el avance de las naciones y el principal motor de cambio y progreso de cualquier país. Absoluta razón tenía el libertador Simón Bolívar, al señalar en su Discurso de Angostura que las prioridades principales de Venezuela son: “Moral y Luces”.
Venezuela, nuestro “país real”, hoy más que nunca necesita que los jóvenes se formen como buenos ciudadanos, que actúen con responsabilidad y coherencia, para que adquieran un elevado sentido de pertenencia, conciencia ciudadana y respeto al orden social, lo cual día a día se vislumbra, pero requiere de un mayor y mejor impulso.
Es necesario que la juventud de este “país real” tenga voluntad de cambio y un alto nivel moral, para orientar su comportamiento hacia las buenas costumbres y los principios fundamentales que debe tener el ciudadano modelo.
Construir el “país ideal”; aunque suene fácil, es una tarea bastante compleja, y requiere tiempo y constancia, porque la educación es un proceso de perfeccionamiento continuo que dura toda la vida.
El crecimiento personal depende en gran manera de los parámetros educativos que se reciban. Sin suficientes valores, no habrá buenos ciudadanos, y es allí donde radica principalmente la encrucijada crítica que atraviesa el “país real”.
Muchos de nuestros jóvenes, actualmente reciben una enseñanza deficiente en valores, como el respecto a los semejantes o a la propiedad privada, la importancia de conservar al medio ambiente, el manejo de la diversidad, la comprensión intercultural, la igualdad, la tolerancia y la honestidad.
La juventud venezolana esta sedienta de instituciones que impartan Educación No Formal, es decir, aquella que se ofrece para complementar, actualizar, suplir conocimientos y además formar, en el área académica o laboral, que garantice un proceso de aprendizaje integral, basado en valores, con lo cual se les prepare para romper paradigmas y transformar positivamente el mundo que les rodea.
El protagonismo de los padres en el cambio de “país real” a “país ideal” es insustituible, por ser ellos los primeros que deben forjar valores en sus hijos; sin embargo, muchos no lo hacen, y es allí donde entra la Educación No Formal, para dar a los jóvenes una línea de vida plena.
Adicionalmente, un mínimo de Educación No Formal se podría alcanzar cuando los jóvenes se interesen en ser parte de las instituciones donde se les inculque todo lo necesario para ser buenos ciudadanos, y esa labor depende de quienes las integren y dirijan.
Las nuevas generaciones están en capacidad de entender la necesidad de tomar conciencia de ciudadanía –y lo estamos haciendo-, para convertir “el país real” en la Venezuela ideal con la que todos sueñan, y en general todos soñamos; por tal motivo lo que muchos se preguntan es… ¿ahora qué hacer?
…Amigo, te hablo a ti… ¿te gustaría vivir un país mejor y con un futuro prometedor?... ¿sabes?, la educación es base fundamental para el éxito. Las instituciones educativas existen y quienes imparten conocimientos están dispuestos a ayudar; es tu deber ciudadano formarte. Recuerda que de nosotros depende el futuro y el futuro es ¡YA!... y ante la equivocación, sólo hay un camino: levantarse y aprender que de toda caída hay algo bueno que mejorar, nunca olvides que vacilar es perder, hay que ser audaz y perseverante.
El país ideal se materializará cuando se eduque a la juventud de una manera integral, mediante metodologías que los ayuden a obtener un desarrollo pleno de sus capacidades, alcanzar sus ideales al desarrollar sus dimensiones físicas, intelectuales, sociales y espirituales, llegando a ser personas responsables y miembros activos de sus comunidades.
Pensar en una Venezuela ideal no es una quimera, sólo hace falta determinación, firmeza y anhelos de vivir en un país libre, donde todos puedan gozar de una buena educación, salud, seguridad social y empleo, pero en el que lo primordial sea la equidad y el respeto por los valores para vivir en sociedad.
Para obtener todo esto, sólo hay una actitud: involucrarse. ¿En qué?... en todos aquellos procesos educativos, sociales, culturales, éticos, económicos, religiosos, ambientales y académicos, dándole valor al “nosotros”, para Pensar, Sentir y Actuar en grupo, para el logro de objetivos comunes… en la unión radica la fuerza… únicamente de esa forma Venezuela llegará a ser un “país ideal”.
"La educación es la base fundamental paraque Venezuela sea nuestro país ideal"Orvisago
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