Se encontraba dormida en su obscura y fría habitación cuando recibió la llamada que le daría a conocer aquel trágico suceso.
Escuchó el teléfono repicar y despertó. Dentro de la oscuridad notó aquella luz que le indicaba donde se encontraba su celular, al contestar escuchó una voz que le era familiar, la voz era de hombre.
Tras unos segundos notó que era uno de sus amigos. Ella como costumbre respondió con mucho cariño y alegría, pero él sumergido en un notorio abismo de tristeza, le preguntó: -¿es que tú no sabes sobre lo que le paso con Antonio?- un poco desconcertada rápidamente le contestó, - ¿Antonio? Pero…- hizo una breve pausa y continuó -¿qué le pasó, dime que le pasó?-.
Aquella voz no respondió inmediatamente, el silencio embargó el momento. Pensó miles de cosas, pero nunca imaginó lo ocurrido, luego de 5 segundos, la voz masculina le contestó – Victoria, Antonio murió-, sintió un frió que recorría su cuerpo, entre lágrimas se levantó de la cama y encendió la luz de su cuarto, mientras le decía a aquella voz – no, dime que es mentira, dime Landy, dime que es mentira- desesperada cortó la llamada para tratar de comunicarse con Antonio.
Llamo 5 veces al celular de su amigo y como nadie le respondía decidió llamar a la hermana de Thony, como cariñosamente le decían a Antonio, ella si respondió la llamada y con una voz entre cortada por las lágrimas le contó todo lo que había ocurrido.
Victoria sin saber que hacer tomó una rápida ducha, buscó entre sus cosas ropa negra y sin pensarlo dos veces se dirigió al Terminal de la ciudad, allí tomó el primer autobús que la llevaría al encuentro de su amigo. Él ya se encontraba en la funeraria. Sin embargo Victoria aun no aceptaba la pérdida de ese ser a quien tanto quería.
Cuando llego hasta aquel lugar buscó algún rostro familiar. Lo primero que percibió fue una sensación de paz entrelazada a un profundo y tétrico olor a muerte.
Preguntó desconcertada a varias personas ¿dónde se encontraba DJ Thony?, hasta que un desconocido le indicó el lugar. Se acercó hasta aquel sitio y dirigió su mirada hacia el ataúd, al verlo allí acostado, una lagrima recorrió su mejilla. Por su mente solo recorría, “no, él no puede ser, solo es un sueño, él esta bien”.
Caminó hacia la puerta y mientras se alejaba de aquel lugar, dejaba caer miles de lágrimas tras sus pasos y a un amigo al cual nunca le pudo expresar cuanto lo quería y admiraba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario