martes, 15 de diciembre de 2009

Radiografía de una tragedia

El día que la montaña llego hasta el mar. Vargas, el antes y el después


ORQUÍDIA V. SANDOVAL G.
Ciudad Bolívar

Los años han transcurrido y para muchos el sentimiento de dolor sigue latente e inevitablemente las lágrimas se hacen presente cuando recuerdan el día que la lluvia en complicidad con el cerro el Ávila, ocasionó uno de los más tristes y catastróficos episodios de la historia de Venezuela del siglo XX, marcando para siempre la memoria de los venezolanos.

Aquel 15 de diciembre de 1999, mientras se aprobaba una nueva Constitución, las palabras muerte, peligro, ayuda y Dios, se repetían en constantes ocasiones. Para muchos la ficción se hizo realidad y las lluvias fueron el escenario de la tragedia que ocasionó un cambio radical en las vidas de los habitantes de Vargas.

Regresar al diciembre de 1999
Fueron 18 días de lluvias intensas, primero quince desde finales de noviembre y luego tres días terribles, lloviendo el doble de lo que llueve en todo un año en Vargas. La desdicha se desencadenó la noche del 15 al 16 de diciembre, cuando los ríos de agua, barro y rocas, cayeron sobre diversas zonas del litoral venezolano.

Una Navidad sin Niño Jesús
Era impresionante ver cómo y cuándo las olas del rio les arrebataban la vida a las personas sin compasión alguna, la muerte esos días fue implacable con nuestra geografía. El deslave no perdonó ni si quiera a los niños, muchos murieron y quienes sobrevivieron caminaron sobre cadáveres, llorando la pérdida de familiares.
Ese diciembre para muchos no hubo niño Jesús, pero si la amarga experiencia que los marcó para toda la vida y en vez de un juguete, esperaban la caridad de alguien que les diera una lata de sardina para saciar su hambre. No se sabe a ciencia cierta cuántos niños, niñas y adolescentes perdieron la vida aquellos días.

El impacto del deslave
La tragedia de Vargas dejó en el país pérdidas monetarias por más de cuatro mil millones de dólares, sin contar el elevado costo de la vida de muchos veragüenses y estados vecinos, quienes afrontaron la tragedia.
Gran parte de la infraestructura física de la región sufrió severos daños: vialidad, puentes y edificaciones públicas, así como el puerto de la Guaira, el más importante del país. Alrededor de 26 mil casas fueron destruidas y más de 100 mil dañadas.
Más de 500 mil personas no tenían acceso al agua potable, había cerca de 100 mil damnificados y entre 15 mil y 30 mil fallecidos. En ese sentido, organismos como la Cruz Roja indica que la cifra de decesos supera los 50 mil.

Llegó la Ayuda
Los venezolanos respondieron con su esfuerzo para salvar vidas y ayudar a los sobrevivientes a continuar con su existencia en sitios variados de la geografía nacional y en el propio lugar donde ocurrió la tragedia
El rescate de los sobrevivientes se inició un poco tarde. La coordinación estuvo a cargo del Gobierno Nacional, participaron la Fuerza Armada Nacional, Defensa Civil, y la comunidad nacional e internacional.
La base de operaciones fue el aeropuerto Internacional Simón Bolívar, desde allí eran transportados todos los sobrevivientes hasta los distintos refugios, el principal de éstos fue ubicado en el Poliedro de Caracas. El traslado se realizó vía aérea y marítima principalmente, debido a que los principales accesos habían quedado destruidos.

Honor a quien honor merece
En el año 2000 se realizó un reconocimiento oficial a la insigne labor realizada por voluntarios, instituciones y empresas privadas, que ayudaron a los sobrevivientes, destacando el reconocimiento al héroe canino Orión, quien recibió la medalla de Honor al Valor, por rescatar a 37 personas.

Así como también el reconocimiento de Paul Gillman, el hombre del corazón de Rock Pesado y el más importante representante del Heavy Metal venezolano, quien ayudó a organizar las brigadas de moto-cross que ayudaron a llevar agua, comida para salvar vidas durante los primeros días de la tragedia.

Otras vaguadas
Muchas abuelitas decían que un día el agua volvería a tomar su cause, así como en 1798, cuando el rio Osorio aumentó su caudal entre el 11 y12 de febrero por precipitaciones duraron más de 60 horas. También mencionaban el fenómeno meteorológico de 1951, cuando en la misma zona el río Naiguatá cambia de cause arrasando casas, mientras los ríos Osorio y Caracas crecen por las precipitaciones, las cuales llegaron cerca de 530 milímetros de agua en 60 horas.

Testimonios
Muchos de los que sobrevivieron han pasado las de Caín y aun una década mas tarde con lágrimas en sus ojos, recuerdan aquellos días de terror.

Enilse Barraza, llegó el 28 de Diciembre a Ciudad bolívar, tenía 20 años de edad y cuenta que su madre con su hermanita menor en brazos estuvo a punto de saltar de la casa de 3 pisos donde se resguardaban junto a 60 familias más, pensando que ya no había mañana, asegura que no olvidará a un niño que lloraba pidiendo auxilio y no lo pudieron porque una avalancha lo arrastró contra una pared.

José Gregorio Romero, tenía 30 años y trabajaba como seguridad en el Club Camuri Grande, nunca esperó ese amanecer de golpe. “Todos subimos la montaña para tratar de salvarnos” aseveró. Hoy en día agradece a Dios por haberse salvado, “fueron momentos de mucha fe”, afirmó. Él vive aun en Ciudad Bolívar desde aquel diciembre de 1999.

“Uno todavía está triste, uno no quiere acordarse, eso fue muy triste” son las palabras que Agustina Salas pronunció con lagrimas en los ojos, también dijo “todos estábamos asustados cuando empezaron a caerse las paredes, frente a mi casa pasó un río y se llevó todo lo que se encontraba, habían muertos por todas partes, esos días preguntabas cualquier cosa y te respondían todo se lo llevó el rio”. Ella llegó a Ciudad Bolívar el 29 de Diciembre hasta el sol de hoy vive en la ciudad.

Las huellas de la tragedia
Una década ha pasado después del deslave, aun los venezolanos recuerdan cuando sin pensar aquel 14 de diciembre se citó una frase célebre del padre de la patria, Simón Bolívar, quien en un momento de desespero dijo “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella”, y así fue, el miércoles 15 de diciembre la naturaleza se opuso y dejó una huella imborrable para todos. Vargas quedó con una gran herida y aun muestra signos del golpe que recibió. La naturaleza demostró lo vulnerable que son los seres humanos ante ella. Murieron miles y cientos de ellos sin esperanza alguna.

VARGAS, PROHIBIDO OLVIDAR

domingo, 6 de diciembre de 2009

Despedida a otro grande del periodismo

*** El s{abado 5 de diciembre, falleció el periodista Pablo Thomas Rodríguez

ORQUÍDIA V. SANDOVAL G.
Ciudad Bolívar



Con lágrimas y un gran pesar
Para todos los profesionales de la comunicación hoy 6 de diciembre de 2009, es un apenado día, y lo es porque un gran amigo y compañero, entrañable persona y periodista; Pablo Thomas Rodríguez Hernández, murió ayer en horas de la mañana, junto a sus seres queridos.

Con esas ganas tremendas de llorar que a veces inundan la razón, hoy es momento de decirle adiós a un gran compañero. Lo llora su familia y sus amigos. El periodismo también, queda una pena infinita que embarga el alma y los corazones de quienes lo conocimos y fuimos camaradas de ruta.

No existen palabras que logren expresar lo que se siente cuando una persona que fue un abnegado padre, excelente amigo y admirable periodista, se va de nuestro lado, pero lamentablemente en esta vida es inevitable que llegue la hora del ultimo adiós, aunque nunca nadie imaginó que casi por sorpresa, Pablo se despidiera de todos.

Nació en Ciudad Bolívar, un 21 de diciembre, de un año que no se puede develar, porque a él no le gustaba decir su edad. Pablo era el eterno niño que siempre sonreía y tendía la mano a quien necesitaba de su ayuda.

Será imposible borrar de la memoria su carisma, sabiduría y ese sentido del humor que siempre lo acompañaba, nos va a costar a todos cubrir su gran ausencia. Siempre se le recordará con alegría, aunque no esté presente, porque así era él, vivía con gran humor y nunca demostraba cuando estaba molesto.

Su calidad como persona, su simpleza y su falta de pretensiones, lo hacia una persona con la que era agradable conversar. Como escritor era excelente, se desempeñó hasta sus últimos días como corresponsal, en Ciudad Bolívar, del diario Nueva Prensa de Guayana.

Al principio de su carrera, Pablo fue fotógrafo y por amor a la profesión siguió luchando hasta que se graduó en la Universidad Central de Venezuela de Comunicador Social. Durante muchos años dedicó su vida al desempeño de la labor que amaba y que amó hasta su último suspiro.

Entre algunos de los lugares donde trabajó se destacan: Diario El Bolivarense, Diario de Guayana, Diario El Tiempo, Diario El Expreso y la emisora Diamante.
Poseedor de una enorme capacidad dialéctica, el periodista nunca descansó y siempre con la mayor objetividad posible, brindaba información a todos los lectores de los diversos diarios donde laboró. Su trabajo era lo primero. Para él ser periodista era lo máximo.

Por su excelente labor en los medios de comunicación, la Junta Calificadora del Premio “Andrés Roderick”, decidió distinguir a Pablo Thomas en la mención Periodismo Impreso. Distinción entregada el Día Nacional del Periodista en 2007.

El periodismo se enluta por segunda vez en menos de un año, por la pérdida de dos excelentes plumas de la comunicación. Es preciso recordar que el pasado 25 de octubre, también feneció el conocido periodista Rosendo Magallanes.

Pablo Thomas gozaba de relativa buena salud, siempre se veía rozagante y feliz, hasta hace pocos días cuando tuvo un deterioro por una complicación respiratoria que lo mantuvo hospitalizado durante unos días en una conocida clínica de la ciudad, luego fue trasladado al Seguro Social y por último murió en el Hospital Ruiz y Páez.



Dejó un gran vacio en los corazones de muchos y es por ello que la redacción del Diario El Luchador, en nombre de su director, licenciado Víctor Casado, se une al duelo que embarga a su familia, amigos y demás allegados. Sus restos están siendo velados en la funeraria Virgen del Valle de Ciudad Bolívar.



Admito que no fue fácil escribir de ti, porque para escritor tú...!! pero cada caracter de la nota esta llena de cariño y respeto. Pablo, amigo, maestro, tú "Bebzota" esta triste =(