jueves, 5 de marzo de 2020

Sin sentido

 

A veces me pregunto por qué escribo. Es tan fácil plasmar todas estas ideas que cruzan mi cabeza en palabras. Pero, ¿cómo puedo apagar esa constante corriente de pensamientos? ¿Cómo puedo silenciar cada idea que entra en mi mente?

 

Hoy tengo una gran necesidad de llorar, de desahogarme y derramar hasta la última lágrima de mi cuerpo. Cada día que pasa, me doy cuenta de que gran parte de lo que he vivido es una ilusión, es la realidad que los demás ven en mí. ¿Es posible que sean los demás los que están en lo correcto y yo sea la que no entiende la vida? ¿Quién puede juzgar realmente qué es bueno o malo en esta vida?

 

Las personas me están decepcionando cada vez más, y siento la urgencia de escapar de esta realidad que tanto detesto. Sin embargo, el miedo a estar sola me retiene, y no entiendo por qué mi mente me juega tantas malas pasadas.

 

Tampoco logro entender por qué hay hombres que no valoran a una mujer y halagan a otras sin dirigir ni el más mínimo cumplido a su pareja, a esa mujer que se levanta cada día y está pendiente de cada aspecto de su vida. Esa mujer que cocina para ti, lava tu ropa y limpia el espacio en el que caminas para que estés cómodo. Sin embargo, ella no recibe halagos.

 

Me desconcierta que existan personas que dicen una cosa a ti y a sus amigos les dicen algo completamente diferente. ¿Cuál de esas versiones es la verdad?

 

Creo que escribo para evitar que mi cabeza explote y deje de pensar tanto. Hoy siento un nudo en la garganta y quisiera gritar para liberarme del llanto que amenaza con desbordarse.


lunes, 2 de marzo de 2020

Sentimientos del insomnio

¿Qué es el matrimonio? Hay miles de definiciones que podrían responder a esta pregunta, pero para mí, es un compromiso de amor. Es la respuesta a ese sentimiento de inestabilidad que a veces tenemos cuando estamos en una relación. Aunque estoy consciente de que el matrimonio no garantiza la felicidad eterna ni el "juntos para siempre", para mí es algo importante.

 

Hablando de formar una familia, hasta hoy mi mayor anhelo era tener hijos. Sin embargo, he llegado a pensar que lo mejor es dejar de lado esa idea. Algunas personas nacemos para ser madres, mientras que otras encontramos nuestra realización en diferentes roles, como ser la "tía #fab". He deseado tanto tener hijos, pero hasta los 32 años de edad, no he podido lograrlo. La vida puede ser paradójica a veces.

 

Recuerdo que siempre pensé que a los 30 años estaría casada, con hijos y con mi propio negocio. Pero a los 32 años, no tengo nada de eso. Ahora es momento de hacer introspección y analizar en qué estoy fallando para encontrar rápidamente una solución. El tiempo avanza y los años son el reflejo de lo que hemos logrado y lo que aún nos falta alcanzar.

 

Es normal sentirse inseguro/a o insatisfecho/a cuando las cosas no van según lo planeado, pero también es importante recordar que la vida puede tomar giros inesperados y que cada persona tiene su propio camino y ritmo para alcanzar sus metas. No te compares con los demás y enfócate en tus propias aspiraciones y deseos. Tómate el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que realmente deseas en la vida y traza un plan realista para alcanzar tus metas, sin dejar de lado la posibilidad de adaptarte a los cambios y nuevas oportunidades que puedan surgir en el camino.