A veces me pregunto por qué
escribo. Es tan fácil plasmar todas estas ideas que cruzan mi cabeza en
palabras. Pero, ¿cómo puedo apagar esa constante corriente de pensamientos?
¿Cómo puedo silenciar cada idea que entra en mi mente?
Hoy tengo una gran necesidad de
llorar, de desahogarme y derramar hasta la última lágrima de mi cuerpo. Cada
día que pasa, me doy cuenta de que gran parte de lo que he vivido es una
ilusión, es la realidad que los demás ven en mí. ¿Es posible que sean los demás
los que están en lo correcto y yo sea la que no entiende la vida? ¿Quién puede
juzgar realmente qué es bueno o malo en esta vida?
Las personas me están
decepcionando cada vez más, y siento la urgencia de escapar de esta realidad
que tanto detesto. Sin embargo, el miedo a estar sola me retiene, y no entiendo
por qué mi mente me juega tantas malas pasadas.
Tampoco logro entender por qué
hay hombres que no valoran a una mujer y halagan a otras sin dirigir ni el más
mínimo cumplido a su pareja, a esa mujer que se levanta cada día y está
pendiente de cada aspecto de su vida. Esa mujer que cocina para ti, lava tu
ropa y limpia el espacio en el que caminas para que estés cómodo. Sin embargo,
ella no recibe halagos.
Me desconcierta que existan
personas que dicen una cosa a ti y a sus amigos les dicen algo completamente
diferente. ¿Cuál de esas versiones es la verdad?
Creo que escribo para evitar que
mi cabeza explote y deje de pensar tanto. Hoy siento un nudo en la garganta y
quisiera gritar para liberarme del llanto que amenaza con desbordarse.